jueves, 18 de mayo de 2006

Estudio exploratorio sobre la Radio Universidad de Concepción


Resumen: estudio exploratorio sobre la Radio de la Universidad de Concepción realizado en el primer semestre del año 2001, en el período inmediatamente anterior al traslado de la estación a su actual emplazamiento en el campus universitario y al inicio de cambios en su parrilla programática. Considera desarrollo, situación actual, nivel de sintonía en el campus universitario de Concepción y los resultados de la aplicación de un instrumento ensayado para medir niveles de sastisfación de sus auditores respecto de la parrilla programática y calidad del sonido. El instrumento utilizado para acercarse a una medición de sintonía y de los grados de satisfacción de los auditores en el campus universitario fue aplicado en agosto de 2001, a un universo de 120 personas, académicos, administrativos y estudiantes.

H.Olea M

En Chile el 97 % de la población, de acuerdo a estadísticas de la Asociación de Radiodifusores de Chile, Archi, escucha radio y el 84,1 % lo hace todos los días. La cantidad de frecuencias adjudicadas y en funcionamiento a la fecha (agosto 2001) alcanza a 1 387. Las de Frecuencia Modulada, constituyen la mayoría .

El desglose es el siguiente:



Tal número de estaciones conlleva una enorme segmentación de contenidos. Recorriendo el dial chileno sorprende la versatilidad de su programación”.. Las audiencias son altamente segmentadas. El presidente de los radiodifusores nacionales, César Molfino, afirmaba que el mayor de todos los valores que existe en la radiotelefonía es la libertad de expresión y consecuentemente con ello “la libertad de programación”. (Ortiz 1999). Se supone que la que no segmente audiencias vía contenidos, transitaría al fracaso respecto de posicionarse respecto de éstas y consecuentemente de conseguir ingresos publicitarios que hagan posible operarla y ser rentable.

En cuanto a los contenidos vistos desde la perspectiva de los auditores: la música, en general, capta un 98% de las preferencias del público. Las noticias se ubican en un segundo lugar con un 75,2 %; luego los programas con animación en vivo, 51,4% ; enseguida los espacios deportivos con un 44,3% de las preferencias; las entrevistas con un 36,7 % ; los programas de servicio a la comunidad con un 35,9% y, finalmente, los religiosos con un 20%.

Según cifras publicadas por la Archi los chilenos escuchan radio un promedio de 4,7 horas a la semana, mientras que dedican solamente 3,6 horas a mirar televisión. Los grupos socioeconómicos medios y bajos escuchan radio todo el día en porcentajes que van del 85,9% al 92,1 %s, mientras el alto, ABC1, lo hace en un porcentaje del 82,4%.

De acuerdo a encuestas de opinión es la radio una de las instituciones de mayor credibilidad en el país. En abril de 1997 la empresa Adimark Chile, en un estudio efectuado sobre cómo están cumpliendo su rol en el país diversas organizaciones e instituciones, la radio ocupó el primer lugar, seguida por la Iglesia Católica, los diarios y los canales de televisión, en ese mismo orden (Ortiz, 1999).

La propiedad del medio

Las radios en Chile son, en su gran mayoría, propiedad de empresas privadas que basan su operación en ingresos publicitarios. Genéricamente se las denomina “comerciales”. “Se conoce con el nombre de emisoras comerciales a las que transmiten publicidad a cualquier tipo de producto o idea , con el objeto de informar a la gente sobre sus características, sus virtudes y motivarla para que conozca, pruebe y consuma un determinado artículo, comparta una filosofía, unos planteamientos o siga unas ideas en particular . Un alto porcentaje de emisoras en América Latina, tiene como base de financiación los anuncios publicitarios, que son pagados por los anunciadores, con tarifas que se establecen por la duración del mensaje y el número de veces que se transmita”. (García Camargo, 1980).

La radio, como medio, recibe el 11,3 % del total de la inversión publicitaria en el país, mientras que la televisión consigue el 42,9 %. (ARCHI, La Radio Hoy. 1997).

Otro grupo de radioemisoras pertenece a entidades religiosas, en un gran porcentaje de la Iglesia Católica y a denominaciones protestantes. Veintidós frecuencias son, actualmente, propiedad de instituciones de la Educación Superior (Universidades e Institutos Profesionales). Estas entidades, a partir de la década de los años 60, comenzaron a utilizar el medio como una herramienta de extensión cultural y de promoción institucional.

Se sostiene que las emisoras no sólo valen por el nivel de facturación que pudieran alcanzar en el futuro sino también por su confiabilidad. Lo que se diga por la radio acerca de un producto o una idea va a tener un gran impacto. De ahí, por ejemplo, el gran número de estaciones manejadas por denominaciones evangélicas. El razonamiento tendría similar validez para las radios operadas por universidades.(Ortiz, 1999).



El funcionamiento de las estaciones universitarias está respaldado por presupuestos que las casas de estudios superiores han establecido. Aparte muchas de ellas han acudido al financiamiento que otorga la publicidad la que, sin embargo, ha tenido escasa incidencia en el financiamiento de sus operaciones. Ni cuando enfrentaron el mercado constituyendo una red nacional para intentar negociar con mayor fortaleza frente a las agencias de publicidad.

Las propias universidades, por otra parte, han practicado diversas políticas, no siempre exitosas, en relación con sus radioemisoras. Lo concreto, a partir de la observación general, es que éstas para afrontar su propia problemática y establecer líneas de colaboración, han generado una organización que agrupa a las Radios Universitarias. Una última reunión se realizó en junio de 2001 en la Universidad de Concepción).

Las estaciones universitarias dieron origen, en Chile, a una forma de hacer radio que se ha denominado genéricamente “radio cultural”, la que posee indudables influencias del modelo de radio pública vigente en Europa en la década de los años 60. El modelo se contrapone con la llamada “radio comercial” en que la programación la constituye, en general, música popular, publicidad, deporte e información periodística.

La radio universitaria en Concepción subsiste hoy frente a una radio comercial también de raigambre local, pero los mayores obstáculos para ambas son las estaciones satelitales comerciales cuyas emisiones son generadas en Santiago.

La radio cultural

Caracterizaba la programación general de las radios culturales una estructura estilo mosaico. Entendemos como “programación” la planificación y ordenación de mensajes elaborados en forma de programas en un conjunto armónico según los objetivos de la emisora, la sociología de la audiencia y la relevancia del mensaje (Pedrero. 2000). Los contenidos recurrentes eran: música de conciertos, noticias, programas de comentario, entrevistas, música folklórica, música popular seleccionada, jazz, rock, programas de intercambio (en especial procedentes de radios europeas y norteamericanas), deporte, diálogos académicos, programas para niños, ciclos de radioteatro, lectura de cuentos, cursos de idiomas, charlas, programas estudiantiles, programas orientados al desarrollo de comunidades urbanas y transmisiones en vivo, entre otros.

En el modo de hacer la estructura de la parrilla programática establecía una separación tajante entre programa y programa. Programa “un conjunto de contenidos diferenciados del discurso radiofónico, dotado de una estructura propia y diferenciada, y de una duración concreta” (Pedrero 2000). Cada espacio era grabado. Previamente se había desarrollado un complejo proceso de producción en que las figuras principales eran: libretistas, locutores y radiocontroladores.

La radio cultural o universitaria subsiste. Los contenidos han sido reducidos. En algunos casos se ha producido una segmentación por la vía de transmitir exclusivamente música de conciertos. Pero, en general, continúan presentando programaciones estructuradas al estilo mosaico, con mucho menos contenidos que las de antaño. La reducción puede ser explicada por un intento, casi intuitivo, de segmentar los auditorios y por un leve acercamiento a otros modelos de programación, tipos de programas y modos de hacer como, por ejemplo, utilizar recursos de interactividad, todos muy en boga en la radio chilena. Otras razones poderosas son: la escasez de recursos de que dan cuenta con cierta frecuencia y la gran oferta de programas que la radio, en general, ofrece hoy en Chile.

Los niveles de sintonía de la radio universitaria son reducidos. En el caso de la Radio Universidad de Concepción, objeto de nuestro estudio, ésta debe competir en un dial en que están presentes otras 30 estaciones, entre ellas una cultural, Radio Universidad del Bio Bio, AM.

Radio Universidad de Concepción

La Radio de la Universidad de Concepción fue fundada en 1959. Sus transmisiones se iniciaron oficialmente el 14 de septiembre de ese año. En el discurso inaugural pronunciado por el Rector David Sticktkin, se genera la orientación de la programación que ha venido ofreciendo a su auditorio desde hace 42 años. Afirmó allí que la radio debería ser un medio que “educara entreteniendo”, al mismo tiempo que expresaba su deseo que destinara una parte de sus programas a las entonces necesarias tareas para desarrollar la educación fundamental (Valenzuela y Medina, 1995). Esta segunda idea nunca llegó a concretarse por la inexistencia de un proyecto que estableciera un equipo multidisplinario y el respectivo financiamiento para hacerlo operativo.

Ofrece ,entonces, a partir de 1959 una alternativa diferente a la radio comercial . Es reconocida como “radio cultural”. El naciente auditorio otorgaba gran valor a la inexistencia de anuncios comerciales, a la presencia de música de conciertos y a contenidos nuevos ausentes hasta ese momento en las restantes estaciones locales.

La radio parte técnicamente transmitiendo su programación simultáneamente en Amplitud Modulada, CC 68 ( 1 kw ) ; Onda Corta ,CE 613 en la banda de 49 metros (1 kw) y utilizando un equipo de Frecuencia Modulada para el enlace estudios-planta transmisora. Tal transmisor de FM, de 1 kilowatt de potencia, era subutilizado dada la inexistencia de aparatos para recepción de frecuencia modulada en la ciudad.

Es posible afirmar que una apuesta intuitiva de sus directores por hacer educación informal fue la fortaleza de la radio en su primera época. Esta va desde la fundación hasta el golpe militar de 1973, que la transforma por espacio de un año en “la Radio de las Fuerzas Armadas y Carabineros”, cabeza de una red provincial de emisoras que emitía preferentemente noticias oficiales emanadas del gobierno. Dos años antes, en 1971, había renovado todo su equipamiento, entra en funcionamiento un moderno transmisor Philips de 10 kilowatts de potencia, nuevos estudios e incorpora el servicio de cables de la agencia EFE, para respaldar el servicio de noticias. Es trasladada, durante la rectoría del doctor Edgardo Henríquez, desde el 4º piso de la Facultad de Farmacia, al edificio de O”Higgins esquina de Tucapel.

Vuelta al control de la Universidad, en diciembre de 1974, reanuda su función de radio cultural, mas decrece en intensidad , creatividad y, consecuencialmente, en calidad. Se mantiene, de todos modos, la programación estilo mosaico. Una de sus características es la cuidada locución y la existencia de contenidos correctamente tratados en libretos que apoyaban todos los programas, incluso los de música popular. Un servicio de noticias con tres boletines centrales e información horaria, complementaban la parrilla programática.

En 1983, por disposición del rector delegado Guillermo Clericus, se elimina el servicio de noticias. Se registra un despido parcial de funcionarios. La radio cede el liderazgo informativo en la región, en donde muchas radioemisoras retransmitían sus servicios. En 1991 son suspendidas definitivamente las emisiones de onda corta, que en un momento fueron hechas en inglés a través del espacio, “This is Chile”, en un afán, ciertamente infructuoso por el exiguo alcance de la onda corta, por contrarrestar las emisiones de emisoras extranjeras críticas del gobierno militar.
En 1988 la radio es traspasada a la Dirección General de Empresas de la Universidad, DIGEU. Entre los años 89 y 90 se constituye como Empresa Radioemisoras Campanil. En 1990 se pone en marcha un proyecto que la transforma en absolutamente comercial. La música popular y la publicidad pasan a conformar la parrilla programática manteniendose, sin embargo, el nombre de Radio Universidad. La intención era financiar su operación y obtener utilidades. Hubo un rotundo fracaso. El experimento finaliza en 1994 con una radio absolutamente desperfilada y sin recursos humanos y materiales.

Se vuelve a la idea de radio cultural, con diversidad de contenidos y con una programación estilo mosaico omnipresente. Hasta 1997 cuando la empresa decide una alianza estratégica con Radio Beethoven, de Santiago. Consiste en transmitir parcialmente, vía satèlite, los programas de música selecta de ésta a cambio de 1 millón de pesos mensuales y el eventual ingreso de radio Beethoven al mercado local para negociar espacios publicitarios. El convenio finaliza por el nulo interés de los potenciales anunciantes para respaldar a la estación capitalina.

Paralelamente la frecuencia de Amplitud Modulada se convierte en una nueva emisora , Radio Octava (septiembre 1996), para la cual se adquiere un nuevo transmisor de 10 Kw . La parrilla programática estaba conformaba por música popular, noticias, servicios, deportes y publicidad. Logra ubicarse rápidamente en el tercer lugar de las sintonías locales de AM. Funciona hasta el 31 de diciembre de 1998 cuando la frecuencia (CC 68) y transmisor son vendidos a la empresa radio Cooperativa - en 180 millones de pesos-, que la convierte, hasta hoy, en una repetidora local de su programación generada en Santiago.

La Radio Universidad, reducida a su frecuencia modulada, permanece en calidad de empresa subsidiaria de la casa de estudios a través del Holding Octava Comunicaciones. Octava Comunicaciones centra sus esfuerzos e inversiones en el naciente canal de Tv abierta perdiendo la oportunidad de apostar, esencialmente por la carencia de un liderazgo calificado, por la Multimedia, pues en un determinado momento contó con tres radioemisoras (2 en Concepción, 1 en Chillán); una frecuencia de televisión por cable; una frecuencia de tv abierta; un diario, La Discusión de Chillán y una imprenta, Editora Aníbal Pinto, técnica y profesionalmente dotada para publicar un diario en la ciudad de Concepción. La radio llega al punto más bajo en sus cuarenta y dos años de historia en cuanto a infraestructura, equipo humano y calidad de la parrilla programática. Sucesivos traslados, despidos de personal, pérdida de patrimonio, inexistencia de recursos, obsolescencia de equipos, la mantienen en el aire con una programación de música de conciertos sin orientación definida. A mediados del año 2000 la Universidad, por iniciativa del rector Sergio Lavanchy, recupera la radio y ésta retorna administrativamente a su seno. El proceso se realiza vía contratación de un director, el traspaso del personal a la dependencia de la Universidad y el anuncio de la destinación de una partida presupuestaria anual. Se asiste al inicio de una nueva etapa de desarrollo en que para definir su estilo es ahora mencionada como “radio cultural y académica”.

La radio hoy

La radioemisora de la Universidad de Concepción realiza sus transmisiones diarias a través de la banda de Frecuencia Modulada, al igual que el 60 % de las radios del país. Utiliza un transmisor marca Helenos (procedencia italiana) con potencia de 1 KW. Transmite en la frecuencia XQ C3 95.1 mhz. La antena fue fabricada con dirección del técnico Edmundo Gutiérrez y adaptada al equipo. Tiene una ganancia de 1,5 decibeles, la que se considera escasa. Está emplazada sobre un mástil de 36 metros de altura, en la cota 102, sobre una colina ubicada, en línea recta, a dos kilómetros de los estudios.

El transmisor cubre en forma adecuada la provincia de Concepción. El técnico de la radio califica la calidad de la emisión estereofónica con nivel 7, utilizando una escala de 1 a 10. Subsisten, sin embargo, algunos sectores de la propia ciudad en que la recepción es dificultosa por la existencia de obstáculos naturales y artificiales que provocan interferencias a la propagación. La importancia del buen sonido “Un sonido deficiente debe equipararse a un escrito con borrones y son muy pocos los redactores que en el medio radiofónico son capaces de tomar conciencia de este hecho. El aumento de la audiencia en la FM es la mejor muestra de lo importante que resulta un sonido de calidad. En este sentido las tendencias de futuro caminan indudablemente por los siguientes itinerarios:
Digitalización del sonido, aplicada tanto a los procesos de grabación como a los de reproducción: (procesadores de efectos, generalización del uso del DCC (Digital Compact Disc), del DAT (Digital Audio Tape), del Mini-Disc, etc , todos ellos con notables ventajas para la grabación. No es necesario justificar las indudables mejoras que para la radio ha supuesto la generalización del disco compacto” (Merayo, 1996) .
El enlace entre el Estudio y la Planta Transmisora es realizado a través de un equipo marca Helenos de 10 watts de potencia, del cual se utilizan solamente 2. Funciona un generador estéreo marca Mirage, que es, al mismo tiempo, compresor y procesador de audio.

El estudio

El emplazamiento del actual estudio de Radio Universidad no reúne las condiciones materiales para funcionar adecuadamente. El espacio disponible es escaso y la carencia de infraestructura es una de sus características. Está ubicado en un departamento para habitación donde se han acondicionado un estudio para transmisión , que víncula a la manera clásica la cabina de locución con la sala de control, y uno para grabación de programas con idénticas características.

El equipamiento principal de mezclador de audio, micrófonos y grabadoras tiene una antigüedad superior a los 30 años, marca Philips, remanente de una importación hecha para renovar equipos y que fue puesta en funciones en 1970. Han sido adicionados equipamientos de otras marcas, preferentemente japonesas: reproductores de casettes, discos compactos y minidisc, con el inconveniente que se trata de equipamiento doméstico de acelerado deterioro en una estación de radio.

En general, el sonido grabado que la radioemisora difunde tiene su fuente en reels, casettes, discos compactos y minidisc. Ha sido abandonada completamente la grabación almacenada en discos de vinilo. Una parte del archivo musical y de voces de la radio, ha sido traspasada a minidisc para su mejor utilización y conseguir un sonido de mayor fidelidad.

La llamada “discoteca” está ubicada en el mismo estudio y existen serios problemas de catalogación y almacenamiento, que algún tipo de incidencia pudieran tener en los contenidos, al no contar el programador con información confiable respecto de la calidad y cantidad del material sonoro de que dispone.

Recursos humanos

Nueve funcionarios trabajan en la radio. La producción está en manos de locutores y controles. Un periodista-locutor edita los tres servicios informativos diarios.

Algún tipo de material es preparado por académicos colaboradores pertenecientes a diversas facultades. Profesionales no relacionados contractualmente con la Universidad acuden también voluntariamente para intervenir como panelistas en programas con contenidos universitarios y de interés general.



Información sobre sintonías

En la última medición (marzo-octubre 2000), sobre sintonías radiales realizada por la empresa IPSOS Search Marketing en las comunas de Concepción, Talcahuano, Chiguayante, San Pedro de la Paz y Penco, la radio de la Universidad se ubica de la siguiente manera dentro de algunas variables de mayor significación:

Descripción de la parrilla programática

Radio Universidad transmite 17 horas diarias, de lunes a sábado. El domingo transmite 15 horas, lo que hace un total semanal de 117.

La emisión se desarrolla entre las 7 y las 24 horas, de lunes a sábado. El domingo se extiende entre las 8 y las 23 horas.

La parrilla programática incluye preferentemente espacios musicales. 67 horas a la semana están destinadas a difundir música selecta, lo que significa un porcentaje del 68 % de la programación musical, situación que inevitablemente lleva a que la radio tienda a ser identificada como una estación que “sólo transmite conciertos”. 16,8 horas semanales de música popular (16 %) ; 5,5 horas destinadas a transmitir música de jazz (6%); 5 horas de música folclórica (5%) y 30 minutos de marchas militares (1%), es un tiempo insuficiente para cambiar la percepción inicial de la que damos cuenta.

Los restantes son programas hablados que incluyen Microprogramas, espacios producidos por académicos de la Universidad sobre temáticas diversas referidas, esencialmente, a las especialidades de los autores. Ocupan un 28 % del total de espacios hablados y tienen una duración promedio de seis minutos, distribuídos en la programación de lunes a sábado.

Un espacio de tertulia, una hora semanal de lunes a viernes, ocupa igualmente un 28 % de los programas hablados. Mezcla conversación con música popular de actualidad. Las noticias, tres boletines diarios de 15 minutos cada uno, de lunes a sábado alcanzan a un 26% del espacio destinado a programas hablados. Son los mayores porcentajes.

El noticiario es producido por un locutor-periodista. Sus fuentes cotidianas son las ediciones on line de diarios chilenos y la información de oficinas de relaciones públicas de entidades de la intercomuna Concepción-Talcahuano que remiten información a la radio vía fax.

Un total del 9% de los programas hablados corresponde a espacios que han sido denominados “académicos”. Se trata de programas de análisis e interpretación de hechos de actualidad, a través de paneles conformados por académicos voluntarios. De menor relevancia, en porcentaje, son los comentarios individuales emitidos de lunes a sábado (6 %) y una entrevista semanal (3 %) que se transmite el domingo.

Estructura de la parrilla programática

La estructura de la parrilla corresponde al llamado modelo de Mosaico, resabio de los años de fundación de la radioemisora, la que inició oficialmente sus transmisiones el 14 de septiembre de 1959.
Caracterizan al modelo, según Luis Miguel Pedrero, “espacios de corta duración que se suceden sin relación pre-establecida”. Añade que “prima el interés diversificador para atraer más públicos, pero se pierde homogeneidad y su aplicación significa una dificultad para fidelizar audiencias”.

El modelo mosaico más la utilización de un estilo de locución impersonal, más características de programas, que se han mantenido sin gran variación, por más de 30 años algunas, hacen que la Radio Universidad, en general, pudiera ser percibida como propietaria de un estilo pasado de moda. No exploramos acerca de la imagen que los auditores tienen de la radio en tal sentido.

La programación se genera espontáneamente y no obdece a una planificación previa. Lo que se intenta es replicar los contenidos que ha venido repitiendo por años y desde el punto de vista del mensaje parece no haber otra intención que la clásica de entretener en primera instancia, que de todos modos no está especificada en ningún documento. El respaldo de la Universidad pareciera otorgarle legitimidad necesaria. El trabajo no exploró respecto del impacto de su mensaje global.

Análisis de datos y conclusiones preliminares

Del análisis del objeto de estudio y de la aplicación del instrumento es posible elaborar conclusiones preliminares de acuerdo a los objetivos de este trabajo exploratorio.

Radio Universidad de Concepción es una de la quince radios universitarias del país, también llamadas culturales. De un pasado en que contó con tres frecuencias, ha sido reducida sólo a la de FM . La fortaleza de su mensaje está basada hoy casi exclusivamente en sus programas de música selecta, aún cuando en su parrilla programática se incluyan otros contenidos.

El público objetivo no ha sido establecido y su parrilla programática no obedece a una planificación previa. Periódicamente son ubicados en ella programas con contenidos diversos pero ligados en la forma y el fondo a lo que ha presentado siempre. La idea que ha orientado permanentemente la programación ha sido proyectar los valores y la acción de la Universidad a través de la radio. Pareciera ser hoy lo misma.

La programación modelo mosaico pretende ofrecer alternativas a diversos públicos. Los contenidos de la actual parrilla privilegian el tiempo destinado a transmitir música selecta con un total de 67 horas semanales.
La sintonía general, medida por un agente externo, demuestra fortalezas en determinados sectores socioeconómicos. En el grupo etáreo de los 45 años hacia arriba ocupa un 7° lugar entre 31 estaciones de la intercomuna Concepción-Talcahuano. En los jóvenes los niveles de sintonía la ubican en el lugar 18 en el universo de las radios de la intercomuna. En general ocupa lugares situados en la medianía de la tabla de sintonías. Entre el 11 y el 18.

En el sector socioeconómico D (bajo) prácticamente carece de sintonía, ocupa el lugar 28 entre 31 emisoras.



La radio tiene sintonía en el campus universitario. De un total de 120 personas consultadas, un 45 por ciento escuchaba la radio. Las mujeres la sintonizan en un porcentaje superior a los varones, pero también es mayor el porcentaje de mujeres que no la escuchan, lo que podría significar que si lo hacen con otras estaciones. Eso no fue consultado. En el caso de los varones consultados, los que escuchan superan en porcentaje a quienes no lo hacen.
La mayor fidelidad reside en los funcionarios administrativos que la oyen diariamente en porcentajes que alcanzan al 45 % del total de auditores. Académicos y estudiantes la sintonizan ocasionalmente. Quienes la escuchan con menos frecuencia son los estudiantes, los que de acuerdo a los datos obtenidos privilegian sintonizarla los fines de semana.

En respuesta a las alternativas ofrecidas respecto del por qué escuchan la radio, en general, el 22% de los que lo hacen respondió que para escuchar música selecta, lo que que es coincidente con la parrilla programática en cuanto al porcentaje de música de conciertos que ofrece y una consecuencia del público objetivo que la propia radio, intuitivamente, ha buscado.

Un 50% de los funcionarios administrativos justifican que la escuchan como compañía. Para informarse también un 50% de los administrativos justifica el escucharla. Un 35 por ciento de los estudiantes escuchan para informarse, contra sólo un 19% de los académicos.

La música selecta justifica la sintonía del 40% de los académicos, seguida por los administrativos con un 35%. Los estudiantes, con un 25% no son grandes consumidores de música de conciertos.

La alternativa porque es de la Universidad no estaba en el cuestionario aplicado. Surge de manera espontánea e indica un grado de identificación con la Universidad que será necesario explorar en un trabajo futuro.
La calidad del sonido estimamos es una variable importante para medir la satisfacción de un auditor de radio. En general a la luz de estos porcentajes generales la tendencia muestra que la calidad del sonido es satisfactoria, información que coincide con la apreciación del técnico de la estación que la evaluó con nota 7 en la escala de 1 a 10.

En referencia al grado de satisfacción respecto de la programación general el resultado de la exploración es positivo para la radio. Sin embargo, para conseguir afinar el resultado del estudio será necesario reformular el instrumento y aumentar las variables tendientes a medir el grado de satisfacción.

Los datos demuestran que existe una tendencia clara que señala que los auditores están satisfechos con la parrilla programática y los productos que incluye como asimismo con la calidad del sonido.

Igualmente es posible observar un grado de satisfacción a partir de las preguntas hechas respecto de cambios que el auditor haría a la actual parrilla y al estilo de presentación de programas por parte de la radio. En referencia a éste la tendencia general es a mantenerlo cosa que pudiera ser interpretada como una evidencia de satisfacción, se exceptúan de dicha tendencia los estudiantes consultados. En un porcentaje superior al 60% quisieran cambiarlo por un estilo informal e interactivo; la tendencia en cuanto a la música es a incorporar todo tipo de música; a incrementar los servicios de noticias; hay un respaldo a la incorporación de espacios juveniles y son los estudiantes y académicos quienes ponen de manifiesto con mayor fuerza esa necesidad. La encuesta respalda la creación de un espacio exclusivo que contenga información universitaria.
Como cierre una cita de José Ignacio López Vigil “lógica neoliberal nos obliga enfrentarnos con programas de calidad. De mucha calidad. Si no ganamos a punta de calidad, nos sacan del juego. Y uno se pregunta: los programas de nuestros centros y emisoras ¿han estado en el aire por calidad o por subsidios? o dicho en negativo: si a nuestras emisoras les quitaran los subsidios ¿resistirían la competencia de las radios comerciales? (López Vigil, 1999).

Refererencias

Valenzuela y Medina, “Radio Universidad de Concepción, historia de una radio cultural”. Trabajo de Seminario, Carrera de Periodismo, Universidad de Concepción. 1995.
ARCHI, “La Radio Hoy, Manual de Radio para Avisadores y Publicistas”. 1997
Subsecretaria de Telecomunicaciones del Estado de Chile, www.subtel.cl/concesiones.
García Camargo, Jimmy, “La Radio por Dentro y por Fuera”, Colección Intiyán, Ciespal,Quito-Ecuador, 1980.
Ipsos Search Marketing, “ Informe Sintonías Radiales en las comunas de Concepción, Talcahuano, San Pedro de la Paz y Penco”. Marzo-Octubre 2000.
Santibáñez, Abraham, “Introducción al Periodismo”, Editorial Los Andes, Santiago de Chile, 1994.
Ortiz Segundo, José, “La radio regional un desafío de país”, Sociedad y Comunicación, en medio de los medios. Publicación de la Fundación Konrad Adenauer, Santiago de Chile 1999.
Pedrero, Luis M. “Estrategias de Programación Audiovisual en le Convergencia Mediática”, 2000.
Merayo, Arturo “Tecnología e Información en la radio española de fin de siglo”. ZER, Revista de Estudios de Comunicación, Universidad del País Vasco, Bilbao, 1996.
López Vigil, José Ignacio, “La nueva cara de nuestras radios en estos tiempos neoliberales”, Revista Diálogos N° 35, Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social. 1999.

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